sábado, 8 de octubre de 2011

Presentación realizada por la Practicante Viviana Errazquin, sobre la preparación y realización de la muestra de los 2dos. años A, B y C

Los días 21, 22 y 23 de junio se desarrolló una muestra, de las Actividades realizadas por las clases en el marco del presente Proyecto.


¡Gracias Viviana por tu colaboración y hermoso trabajo!


2dos. años A, B y C apuntamos a resaltar y valorar la idea de identidad y de nación, entramando los diversos grupos humanos que participaron de la revolución en la Banda Oriental: indios, gauchos y negros esclavos; quiénes siguieron a sus caudillos luchando por una causa: la libertad de nuestra Patria.
La búsqueda de la identidad nacional supone descubrir nuestras propias raíces para asegurar la permanencia de los rasgos que nos caracterizan como sociedad. Valores como: libertad, igualdad, justicia y solidaridad están presentes desde los inicios en todos ellos, contribuyendo a formar nuestra cultura.
Para que  nuestros alumnos accedan a la misma, es necesario acercarlos al conocimiento de los actores sociales que han sido protagonistas del proceso revolucionario.
Por ello que entendimos necesario considerar que contamos con raíces: indígenas, provenientes de los charrúas y guaraníes, que poblaban estos territorios cuando llegaron los conquistadores, de quienes lamentablemente conocemos tan poco, pero que nos dejaron piezas de gran valor arqueológico que hacen a nuestra cultura lítica y cerámica. Defensores de su suelo nativo, se unieron al ejército artiguista en pos de la libertad.
 
En la preparación de esta muestra se involucraron y colaboraron los Profesores de Música y Educación Física y las practicantes que realizan la pasantía en nuestras clases.

Narrativa de la recreación  de la época indígena que guió la dramatización.

Hace mucho, muchos años en estas tierras, llamada Banda Oriental, no había ciudades, ni caminos, ni puentes, ni hombres blancos; eran hermosos campos, donde el silencio dejaba escuchar el canto de los pájaros: churrinches, zorzales, sabiá, teros; el murmullo del agua de los ríos corriendo entre las piedras se guardaba monte adentro; su quietud era sólo interrumpida por una suave brisa que movía las ramas de talas, molles, coronillas, donde vivían: carpinchos, nutrias y venados.
Varias tribus indígenas habitaban este lugar.
Con los primeros destellos del Sol, el Cacique organiza la tarea del día.
Mientras Tacuabé y Abayubá encienden una gran fogata, un grupo con sus flechas, arcos y boleadoras salen en busca de sus presas para alimentar a la tribu.
Otros caminan por la orilla del río buscando el mejor sitio para pescar.
Los niños trepan a los árboles recolectando frutos silvestres: butiá, mburucuyá, guayabos.
Las madres acunan a sus bebés y preparan en los morteros el puré de carne y frutas frescas para alimentarlos.
Anahí va una y otra vez al río en busca de agua.
Itaí, Ayelen y  Eluney traen los cueros que han dejado secar al sol y los soban para preparar la vestimenta, con grasa y con arena y piedra.
Esas manos curtidas de quienes modelan la arcilla, descubren día a día, distintas formas y tamaños para construir cacharros y vasijas.
Al atardecer, los indígenas regresan de sus tareas, la tribu se reúne alrededor del fuego; con una danza agradecen al Sol y a la Luna lo que la naturaleza les da cada día.

1 comentario:

  1. Gracias a ti, a los niños y a la Escuela N·2, por brindarme un espacio. Me llevo un gran recuerdo y una de las más gratas experiencias. Gracias y obviamente siempre a las órdenes. Besos.

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